Fue algo que organizamos más en ‘petit comité’, con jóvenes que ya conocemos y sabemos de sus inquietudes, para tantear como respondían ante una charla así; si era algo que funcionaba bien, nos planteábamos ofrecerlo al Ayuntamiento y al instituto de la localidad.
Después de una mañana con nervios, ultimando los últimos detalles entre tostadas y café, llegó el momento de que llegaran nuestros siete jóvenes. Entraron un poco desconcertados, expectantes, sin comprender muy bien qué era lo que iban a hacer, e incluso alguno ¡entró con cara de pánico!
Pero Álvaro fue la persona acertada para este evento: su aspecto físico, su juventud, sus inquietudes y, por supuesto, su desparpajo sevillano hicieron que los chicos conectaran enseguida.
Todos sabemos que cuando eres adolescente y te hablan del futuro, no hay nada mejor que alguien más o menos cercano a ti en edad para que te haga reflexionar.